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Reservas De La Biosfera De México

Las reservas de la biosfera son áreas representativas de uno o más ecosistemas no alterados por la acción del ser humano o que requieran ser preservados y restaurados, en las cuales habitan especies representativas de la biodiversidad nacional, incluyendo a las consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción.

En México, las reservas de la biósfera son administradas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), que es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), encargado de la administración de las Áreas Naturales Protegidas.

Originalmente, el concepto surgió a partir del Programa MaB de la Unesco puesto en marcha en 1971, pero la denominación “Reserva de la biosfera” ha sido afortunada y ha sido usada como una de las figuras de protección medioambiental en muchos países —como ha sucedido en México— sin que tenga ya relación con el programa de la UNESCO.

Además, en México, como sucede en casi todos los países, hay varias administraciones involucradas en la protección medioambiental —a nível federal, estatal y municipal— que coexisten con ciertas instituciones y organismos que administran algunas áreas (Universidades, patronatos, institutos científicos…).

Y en general todas esas administraciones e instituciones han hecho uso de la denominación de reserva de la biosfera, por lo que debe de extremarse el cuidado al recogerlas, ya que no todas forman parte del mismo grupo de áreas protegidas.

Por lo que, para su mejor estudio, se podría decir que en México existen.

– 41 reservas de la biosfera administradas por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.

– 40 reservas de la biosfera que pertenecen a la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la Unesco (25 de las cuales son también reservas de la biosfera por la CONANP).

Hasta octubre de 2013 hay en México 41 reservas de la biosfera a nivel federal, que protegen 12 652 787 ha que representan un 6,44 % del territorio nacional.

De esas 41 reservas, 34 integran (y tres más están condicionadas al cumplimiento de alguna condición) el Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas (SINAP) conforme a lo dispuesto por la SEMARNAT (Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales). Las áreas naturales protegidas de México que después pasan a formar parte del SINAP, son aquellas consideradas de especial relevancia en el país.

De las 41 reservas de la biosfera administradas a nivel federal, 25 también integran la Red Mundial de Reservas de la Biosfera (WNBR por sus siglas en inglés) de la UNESCO, formada por 621 reservas en 117 países. 2 integrantes del Programa el Hombre y la Biosfera (MaB por sus siglas en inglés).

México alberga una riqueza natural incomparable, representada en sus numerosas Reservas de la Biosfera que abarcan desde selvas tropicales hasta desiertos y manglares. Estas áreas protegidas desempeñan un papel crucial en la conservación de la biodiversidad y la preservación de ecosistemas únicos. La preservación de las Reservas de la Biosfera en México requiere un enfoque integral que combine la participación comunitaria, la investigación científica, la educación ambiental y la aplicación efectiva de políticas de conservación.

La preservación efectiva de las Reservas de la Biosfera en México implica la participación activa y la colaboración de las comunidades locales. Estas comunidades a menudo han coexistido durante generaciones con los ecosistemas que rodean sus hogares, y su conocimiento tradicional puede ser invaluable para la conservación. Fomentar la participación comunitaria a través de programas de ecoturismo sostenible, empoderamiento económico y capacitación en prácticas de manejo sostenible contribuye no solo a la protección del entorno, sino también al bienestar de las poblaciones locales.

La investigación científica es esencial para comprender los ecosistemas presentes en las Reservas de la Biosfera y para desarrollar estrategias de conservación efectivas. La monitorización constante de la biodiversidad, los patrones climáticos y la salud general del ecosistema proporciona datos críticos para la toma de decisiones informada. Instituciones académicas, organizaciones de investigación y agencias gubernamentales pueden colaborar en programas de investigación que contribuyan a la gestión sostenible de estas áreas protegidas.

La preservación exitosa de las Reservas de la Biosfera requiere un cambio cultural hacia una mayor conciencia ambiental y respeto por la biodiversidad. La educación ambiental debe ser una prioridad, tanto para las comunidades locales como para los visitantes. Programas educativos que destaquen la importancia de estos ecosistemas, sus especies únicas y los impactos potenciales de actividades humanas destructivas son esenciales. La concienciación pública puede ser el catalizador para una mayor protección y aprecio por estas áreas.

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