En el Cerro de la Estrella, al sureste de la capital mexicana, se ubica un sitio arqueológico de gran interés turístico. De acuerdo a los registros históricos se sabe que los antiguos habitantes del rumbo denominaban a este santuario como Huizachtecatl.
Tuvo una gran importancia en los tiempos precolombinos, puesto que allí se realizaba la ceremonia del Fuego Nuevo, de profundo significado para quienes habitaban en el Altiplano y las zonas colindantes. Localizado en la zona sureste del lago de Texcoco, se sabe también que el Cerro de la Estrella estuvo habitado ya en el periodo Preclásico Medio y hasta la llegada de los conquistadores españoles.
Los primeros mexicanos nativos que deambularon por el área se instalaron en las zonas bajas del Huizachtecatl y allí levantaron pequeñas comunidades, desarrollando labores agrícolas. De hecho, los turistas que recorran esta zona de la Ciudad de México podrán observar varios petroglifos realizados por esos antiguos habitantes del lugar, en la zona denominada como Cerro Chiquito.
En lo más alto del Cerro de la Estrella los aztecas construyeron algunas plataformas, las cuales estaban inspiradas en cierta visión del universo que ellos tenían a manera de una flor de cuatro pétalos.
En el centro de ella, se ubicaba la gran ciudad de Tenochtitlan, capital del mundo azteca. El sitio arqueológico del Cerro de la Estrella se localiza en el sureste de la Ciudad de México y puede visitarse llegando por la Calzada Ermita Iztapalapa. Si estás interesado en visitar el sitio arqueológico del Cerro de la Estrella, aquí tienes algunos consejos que pueden ser útiles:
Investigación previa: Antes de visitar el sitio, investiga sobre su historia y significado. Aprender sobre la cultura azteca y la importancia del Cerro de la Estrella te ayudará a apreciar mejor el lugar durante tu visita.
Guía o información local: Si es posible, contrata un guía turístico o busca información local sobre el sitio. Un guía te proporcionará detalles adicionales y te ayudará a comprender mejor los aspectos históricos y culturales del lugar.
Equipo y vestimenta adecuada: Asegúrate de llevar ropa y calzado cómodos, ya que puede requerir caminar o subir pendientes. También lleva protección solar, agua y algún refrigerio, especialmente si planeas pasar mucho tiempo explorando el lugar.
Respeto y cuidado del sitio: El Cerro de la Estrella es un lugar arqueológico importante y debe tratarse con respeto. No toques ni te lleves objetos del lugar, y sigue las indicaciones y normas establecidas por las autoridades. No dejes basura y ayuda a mantener el sitio limpio.
Fotografía responsable: Si deseas tomar fotografías, respeta las restricciones y reglas establecidas. No uses flash si está prohibido, ya que puede dañar las estructuras y artefactos.
Exploración adicional: Además de visitar el sitio arqueológico, considera explorar los alrededores. Puede haber senderos naturales, miradores o sitios de interés cercanos que valga la pena descubrir.
Horarios y acceso: Verifica los horarios de apertura y las opciones de acceso al sitio. Algunos lugares pueden requerir permisos especiales o tener restricciones en ciertos días o temporadas. Recuerda que es importante respetar la historia y la cultura asociadas al Cerro de la Estrella y disfrutar de tu visita de manera responsable y consciente.
El Cerro de la Estrella, ubicado al sureste de la Ciudad de México, es un sitio arqueológico de gran interés histórico y turístico. Según los registros históricos, los antiguos habitantes de la zona conocían a este santuario como Huizachtecatl. Este nombre tiene raíces en la lengua náhuatl, que era hablada por los pueblos indígenas en la región central de México.
Huizachtecatl se compone de dos palabras en náhuatl: “huizachtli”, que significa “espina de maguey”, y “tecatl”, que se traduce como “señor” o “lugar”. Por lo tanto, Huizachtecatl podría ser interpretado como “lugar de la espina de maguey” o “señor de las espinas de maguey”.
Este nombre hace referencia a la presencia de magueyes o agaves en el área, plantas características de la región y de gran importancia para las culturas mesoamericanas. Los antiguos habitantes de la zona podrían haber utilizado el maguey con fines alimenticios, medicinales y para la producción de fibras y materiales de construcción.
El santuario de Huizachtecatl en el Cerro de la Estrella es un lugar sagrado donde se realizaban ceremonias y rituales por los antiguos habitantes de la zona. El sitio arqueológico cuenta con estructuras piramidales, plazas y altares que evidencian la importancia cultural y religiosa que tenía para estas antiguas civilizaciones.
Hoy en día, el Cerro de la Estrella y el sitio arqueológico de Huizachtecatl son visitados por turistas y personas interesadas en la historia y la arqueología de la región. Es un lugar que nos permite adentrarnos en el pasado prehispánico de México y apreciar la riqueza cultural de los antiguos habitantes de esta área.
La ceremonia azteca que se celebraba en el Cerro de la Estrella era conocida como “Fiesta de la Quebrada” o “Fiesta del Fuego Nuevo”. Esta ceremonia era una de las festividades más importantes del calendario azteca y se llevaba a cabo cada 52 años.
La Fiesta de la Quebrada era una celebración que marcaba el fin de un ciclo de 52 años llamado “xiuhmolpilli” en el calendario azteca. Durante esta ceremonia, se encendía un fuego nuevo en la cima del Cerro de la Estrella, que simbolizaba el renacimiento del sol y el inicio de un nuevo ciclo de tiempo.
Los sacerdotes aztecas realizaban rituales y ofrendas en honor a los dioses, incluyendo sacrificios humanos y la quema de objetos sagrados. El fuego sagrado era llevado desde la cima del cerro hacia otros templos y altares en la ciudad de Tenochtitlán, donde se encendían nuevos fuegos para renovar la energía y la vitalidad de la comunidad.
La Fiesta de la Quebrada era un evento de gran importancia y trascendencia para los aztecas, ya que se creía que el destino del mundo y de la humanidad dependía de la renovación periódica del fuego. Esta ceremonia representaba el ciclo eterno de la vida, la muerte y el renacimiento, y era una ocasión para pedir bendiciones y renovar la esperanza en el futuro.
Poco antes de llegar a la Avenida Rojo Gómez, hay un camino que nos conduce hasta un lugar denominado El Calvario. Se puede ir en coche solo hasta el Museo de Sitio.