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Conoce La Riqueza Cultural De Zaachila: La última Gran Ciudad Zapoteca

El estado de Oaxaca, conocido por su rica historia y sus paisajes llenos de vida, es hogar de una de las culturas más fascinantes de Mesoamérica: la mixteca-zapoteca. Enclavado en la Sierra Madre del Sur y bordeado por las aguas del Pacífico, Oaxaca ha sido un crisol de culturas durante siglos. En esta región florecieron las civilizaciones prehispánicas, dejando un legado de inigualable valor arqueológico y cultural.

Entre los vestigios más destacados se encuentran sitios como Monte Albán, Mitla y Yogul, los cuales reflejan el esplendor de las culturas zapoteca y mixteca. Sin embargo, pocos lugares capturan tan bien la fusión de estas civilizaciones como Zaachila, un sitio arqueológico que resplandece con su propia luz a solo 15 kilómetros al sur de la ciudad de Oaxaca.

La historia de Zaachila: Una joya en los Valles Centrales

Zaachila se destaca por ser la última gran ciudad construida por la cultura zapoteca. Se cree que su fundación data de la época clásica mesoamericana (100-900 d.C.) y que alcanzó su apogeo hacia el año 1100 d.C. Aunque la ciudad fue originalmente zapoteca, hay evidencia de que, al momento de la llegada de los españoles, la zona estaba bajo el control de los mixtecos. Esta dualidad cultural se refleja en los monumentos y vestigios arqueológicos de Zaachila, lo que la convierte en un punto clave para entender la interacción entre ambas civilizaciones.

El nombre “Zaachila” ha sido motivo de debate entre los expertos. Algunos sostienen que significa “Primera hija de la tierra”, mientras que otros sugieren que su nombre se traduce como “deidad zapoteca”. Esta segunda interpretación parece tomar fuerza debido a que, en tiempos prehispánicos, los mexicas se referían a Zaachila como Teozapotlán, que en náhuatl significa “Lugar de la deidad zapoteca”.

Un recorrido por el sitio arqueológico de Zaachila

La visita a Zaachila comienza con el Montículo A, una de las estructuras más importantes del sitio. Aquí se encuentran dos tumbas que datan del periodo Clásico y que posteriormente fueron reutilizadas en el Posclásico (900-1521 d.C.). Estas tumbas, consideradas como moradas para los señores del lugar en el otro mundo, evidencian el profundo respeto que ambas culturas sentían por sus antepasados y su creencia en la vida después de la muerte.

Al igual que en Monte Albán, el culto a los muertos en Zaachila fue de gran importancia. La disposición de las tumbas bajo los palacios y las recámaras de los gobernantes sugiere que estas eran concebidas como extensiones de sus residencias terrenales, lo que otorgaba a los difuntos una continua presencia en el plano material.

Los muros de Zaachila están decorados con intrincados relieves y diseños propios del arte zapoteca, lo que confirma la colaboración entre ambas culturas en la construcción de estos recintos. La presencia de elementos mixtecos en la decoración también es notable, mostrando un interesante sincretismo arquitectónico y cultural.

La tumba 2 y el hallazgo del señor 9 Esqueleto

Una de las tumbas más impresionantes del sitio es la tumba 2, la cual, aunque de menor tamaño que las demás, posee un valor histórico y cultural inigualable. En su interior se encontraron los restos de trece antiguos habitantes de la ciudad, pertenecientes a la élite mixteca. Entre ellos destaca el señor 9 Esqueleto, un gobernante de gran influencia en la región. Su categoría nobiliaria quedó evidenciada por los objetos de oro y joyas que acompañaban su enterramiento, incluido un gran pectoral de oro.

Los demás cuerpos hallados en esta tumba estaban adornados con orejeras, anillos y bezotes, símbolos de su alto estatus dentro de la sociedad mixteca. Estos descubrimientos reflejan la complejidad y la jerarquización social de las culturas mesoamericanas, así como la importancia de los rituales funerarios y la preservación de la memoria de sus gobernantes.

Un viaje al pasado: Cómo llegar y qué hacer en Zaachila

Para los visitantes interesados en conocer este tesoro arqueológico, Zaachila se encuentra a solo 15 kilómetros al sur de la ciudad de Oaxaca, accesible a través de la carretera federal número 130. El sitio arqueológico está abierto al público todos los días de la semana, de 8 de la mañana a 5 de la tarde, ofreciendo a los turistas la oportunidad de explorar una ciudad que una vez fue el centro de poder de la región.

Además de la zona arqueológica, el pueblo de Zaachila ofrece una experiencia cultural enriquecedora. Los jueves se instala un tianguis (mercado) que es famoso por su gran variedad de productos locales. Aquí se pueden degustar platillos tradicionales oaxaqueños y adquirir artesanías, especialmente las elaboradas en barro negro, típicas de la región.

Zaachila en la actualidad: Un legado vivo

Aunque gran parte de los montículos que conforman Zaachila han sido alterados por la construcción moderna, el sitio conserva su esencia ancestral. La integración de los vestigios arqueológicos con el pueblo actual crea un paisaje donde el pasado y el presente se entrelazan. Zaachila no solo es testigo de la grandeza de las culturas zapoteca y mixteca, sino que también es un recordatorio del sincretismo cultural que ha definido la identidad de Oaxaca a lo largo de los siglos.

Visitar Zaachila es adentrarse en una historia que aún tiene mucho por contar. Cada rincón de este sitio nos habla de una civilización que, a pesar de la conquista y el paso del tiempo, dejó una huella imborrable en el alma de México.

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