México es un país que seduce a los viajeros no solo por sus paisajes y tradiciones, sino también por su rica y variada gastronomía, reconocida como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Cada región ofrece una identidad culinaria propia, resultado de siglos de mestizaje cultural, ingredientes autóctonos y técnicas heredadas que se mantienen vivas en cocinas familiares y restaurantes de renombre.
Para los amantes de los viajes, recorrer México es también emprender una ruta de sabores: desde los mercados más sencillos hasta las propuestas gourmet, cada platillo cuenta una historia que conecta al visitante con la tierra y la gente que lo prepara. A continuación, te presentamos un recorrido por algunas ciudades y estados donde la comida es una experiencia imperdible.
Ciudad de México: un crisol de cocinas
La capital del país es un verdadero mosaico gastronómico. En la Ciudad de México, los viajeros pueden encontrar desde puestos callejeros con tacos al pastor hasta restaurantes de alta cocina que figuran en listas internacionales. El Centro Histórico y colonias como Roma, Condesa y Polanco son destinos predilectos para quienes buscan probar lo mejor de la cocina mexicana y las fusiones contemporáneas.
Entre las experiencias que ningún visitante debería perderse están los antojitos en mercados tradicionales como el de Coyoacán o San Juan, donde se pueden degustar quesadillas, tlacoyos y platillos exóticos. También destacan propuestas innovadoras de chefs que reinterpretan ingredientes nativos como el maíz, el cacao o el chile, en menús de degustación que combinan tradición con modernidad.
Oaxaca: la tierra de los siete moles
Si hay un destino que ha ganado fama mundial por su riqueza culinaria, ese es Oaxaca. Sus calles están impregnadas de aromas que invitan a probar los famosos moles, preparados con recetas ancestrales que combinan decenas de ingredientes. El mole negro, el coloradito y el amarillo son solo algunos ejemplos de la diversidad de esta cocina.
En los mercados locales, como el Mercado 20 de Noviembre, se puede disfrutar de las tradicionales tlayudas, tortillas gigantes acompañadas de frijol, quesillo y carne asada. Además, los visitantes se sorprenden con los chapulines, pequeños saltamontes tostados que forman parte de la dieta local desde tiempos prehispánicos.
Los mezcales artesanales de la región completan la experiencia, convirtiendo a Oaxaca en un destino imperdible para quienes buscan autenticidad en cada bocado y sorbo.
Puebla: tradición y mestizaje en cada plato
Conocida como la cuna de algunos de los platillos más emblemáticos del país, Puebla es otro destino imprescindible para los viajeros que eligen con el paladar. Aquí nació el mole poblano, quizá el guiso más representativo de México, con su mezcla única de chiles, especias y chocolate.
Durante el mes de agosto, la ciudad se llena de visitantes atraídos por los chiles en nogada, preparados con ingredientes de temporada que simbolizan los colores de la bandera mexicana. Además, la talavera poblana no solo adorna la arquitectura, también engalana los platos en restaurantes que combinan tradición y modernidad.
Mérida: sabores del mundo maya
En el sureste del país, Mérida y toda la península de Yucatán ofrecen una cocina que mezcla raíces mayas con influencias europeas y caribeñas. El cochinita pibil, cocinado bajo tierra y marinado con achiote, es un clásico que los viajeros buscan en cada visita.
Otros imperdibles son la sopa de lima, fresca y aromática, y los panuchos y salbutes, antojitos que se encuentran en mercados y fondas familiares. Para los curiosos, la experiencia se amplía con el recado negro, un guiso de sabor intenso elaborado con chiles tostados.
En Mérida también se puede explorar la influencia del mar, probando pescados y mariscos frescos preparados con el toque único de la región.
Guadalajara: tierra del tequila y la birria
La capital de Jalisco es reconocida mundialmente por ser la cuna del tequila, pero su riqueza gastronómica va mucho más allá. En Guadalajara, los visitantes no pueden dejar de probar la birria, un guiso de carne de chivo o res sazonado con especias y cocinado lentamente hasta alcanzar una textura suave y llena de sabor.
Las tortas ahogadas, preparadas con pan salado y bañadas en salsa de chile de árbol, son otro clásico que se disfruta especialmente en las calles y fondas locales. Además, la cercanía con la costa permite degustar mariscos frescos en versiones típicas de la región.
Para los viajeros que buscan experiencias auténticas, Guadalajara combina tradición, música de mariachi y gastronomía, todo en un mismo destino.
Querétaro: tradición, vinos y quesos
El estado de Querétaro ha ganado un lugar destacado en el panorama turístico gracias a su historia, sus pueblos mágicos y su creciente propuesta gastronómica. Aquí, los viajeros pueden deleitarse con platillos típicos como las enchiladas queretanas, las gorditas de maíz quebrado y los guisos de barbacoa que se disfrutan en mercados y ferias locales.
Sin embargo, lo que más sorprende a muchos visitantes es la ruta del vino y el queso, que ha colocado a Querétaro como uno de los destinos enológicos más importantes de México. Las cavas y viñedos ofrecen catas que maridan perfectamente con quesos artesanales producidos en la región, creando una experiencia única para los sentidos.
Quienes buscan descubrir los mejores restaurantes en Querétaro encontrarán opciones que van desde cocinas tradicionales en casonas coloniales hasta propuestas contemporáneas que revalorizan ingredientes locales. La gastronomía queretana, acompañada de sus vinos, convierte al estado en un destino que sorprende tanto por su cultura como por su mesa.
Monterrey y el norte: carnes y modernidad
En el norte del país, Monterrey se distingue por su fuerte identidad ligada a la carne. Los visitantes no pueden dejar de probar la carne asada, que más que un platillo es un ritual de convivencia. Otro clásico es el cabrito al pastor, cocinado lentamente hasta obtener un sabor intenso que ha conquistado paladares de todo el mundo.
La modernidad de la ciudad también se refleja en restaurantes de autor que combinan la tradición norteña con técnicas innovadoras, consolidando a Monterrey como un destino ideal para quienes buscan experiencias robustas y contemporáneas.
México, un país para saborearlo
Recorrer México a través de su gastronomía es descubrir una diversidad cultural única. Cada ciudad y estado ofrece un mosaico de sabores que hablan de historia, tradición y creatividad. Desde los mercados callejeros hasta los restaurantes de alta cocina, el país invita a los viajeros a sentarse a la mesa y dejarse llevar por los aromas y texturas que lo han colocado en el mapa gastronómico mundial.
Quienes eligen su destino con base en la comida encuentran en México un verdadero paraíso. Ya sea disfrutando de un mole oaxaqueño, un taco al pastor en la capital, una cochinita en Mérida o un vino queretano, cada experiencia se convierte en un recuerdo inolvidable. Viajar por México no solo es admirar paisajes y monumentos: es, sobre todo, saborear el alma de un país que se expresa mejor en su cocina.

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