En ultima instancia, la Ruta del Desierto en Coahuila es una travesía que combina lo mejor de la naturaleza y la cultura en un escenario único. Desde la vibrante Monclova, pasando por la tranquila San Buenaventura, hasta el impresionante oasis de Cuatro Ciénegas, cada etapa del recorrido ofrece algo especial.
Para aquellos que buscan una experiencia diferente, llena de paisajes inolvidables y una rica diversidad de actividades, la Ruta del Desierto es, sin duda, una opción que no deben dejar pasar.
Monclova: El inicio de la aventura
Ubicada al norte de la ciudad de Saltillo, Monclova es una ciudad que sorprende por su dinamismo y por la variedad de actividades culturales que ofrece. Entre los sitios de interés más destacados se encuentran el Museo de Coahuila-Texas, el Museo del Polvorín y el Museo Biblioteca Pape. Estos recintos no solo preservan la historia local, sino que también albergan exposiciones de nivel internacional, ofreciendo una experiencia enriquecedora para los amantes del arte y la historia. Además, Monclova cuenta con monumentos históricos como la Parroquia de Santiago Apóstol y la Parroquia de San Francisco de Asís, ambas construidas en el siglo XVII, que invitan a los visitantes a un viaje al pasado colonial de México.
No obstante, la oferta de Monclova no se limita a lo cultural. El Parque Ecológico Xochipilli es un oasis dentro de la ciudad, donde los visitantes pueden disfrutar de un entorno natural cuidadosamente preservado. Este parque alberga una variedad de especies animales, incluyendo el majestuoso tigre de Bengala, y ofrece un espacio ideal para el descanso y la recreación familiar. La gastronomía local también es un atractivo en sí misma, con platillos tradicionales que deleitan el paladar, destacándose la carne asada, los cortes de res y la suculenta machaca.
San Buenaventura: Naturaleza en estado puro
A solo 20 kilómetros al noroeste de Monclova, siguiendo la carretera número 30, se encuentra San Buenaventura, una comunidad que se distingue por su cercanía a la naturaleza y por los atractivos silvestres que ofrece. Uno de los puntos más destacados es el Río Nadadores, un cuerpo de agua que serpentea a través del desierto, creando un contraste sorprendente con el paisaje árido circundante. Este río es un lugar perfecto para quienes buscan un contacto más íntimo con la naturaleza, ya sea a través de caminatas por sus riberas o refrescándose en sus aguas.
Otra joya natural de San Buenaventura es la Cascada de San Antonio, una impresionante caída de agua de 35 metros de altura que invita a los visitantes a sumergirse en la serenidad del entorno. El balneario de Santa Gertrudis, también ubicado en esta comunidad, es un lugar ideal para disfrutar de un día en familia, con áreas para nadar y relajarse bajo el sol. La oferta gastronómica de San Buenaventura es otro de sus grandes atractivos, con especialidades como el cabrito relleno, el machacado y los rollitos de nuez, que reflejan la riqueza culinaria de la región.
Cuatro Ciénegas: Un acuario en el desierto
Continuando por la Ruta del Desierto, a unos 60 kilómetros de San Buenaventura, se llega a Cuatro Ciénegas, un lugar que se destaca por su singular belleza natural y por su importancia ecológica. El nombre de Cuatro Ciénegas proviene de los numerosos manantiales y ciénegas que existen en la zona, creando un paisaje que parece sacado de otro mundo. Este entorno único es hogar de más de 70 especies endémicas, lo que convierte a Cuatro Ciénegas en un tesoro de biodiversidad en medio del desierto.
Uno de los lugares imperdibles en Cuatro Ciénegas es el Museo Carranza, una construcción del siglo XIX que fue la casa natal de Venustiano Carranza, uno de los personajes más importantes de la Revolución Mexicana. Este museo no solo ofrece una mirada a la vida de Carranza, sino que también permite a los visitantes sumergirse en la historia de la región. Sin embargo, lo que realmente distingue a Cuatro Ciénegas es su entorno natural. Los manantiales de aguas cristalinas y los paisajes montañosos que rodean la zona son ideales para actividades de ecoturismo, como el buceo, el senderismo y la observación de fauna.
Cuatro Ciénegas es, en muchos sentidos, un verdadero acuario en el desierto. Sus pozas de agua azul turquesa y sus formaciones geológicas únicas atraen a científicos y turistas por igual, convirtiendo este lugar en uno de los destinos más fascinantes de la Ruta del Desierto. Además, la ciudad cuenta con una excelente infraestructura turística, con hoteles y restaurantes que ofrecen lo mejor de la hospitalidad y la gastronomía local.
Consejos para disfrutar la Ruta del Desierto
La Ruta del Desierto es una experiencia que promete aventuras inolvidables, pero para aprovecharla al máximo es importante estar bien preparado. Dado que se trata de un entorno árido y soleado, es imprescindible llevar protector solar, ropa ligera y cómoda, y lentes de sol para protegerse de los intensos rayos del sol. También es recomendable llevar una cámara fotográfica o un buen dispositivo móvil para capturar las impresionantes vistas que se pueden disfrutar a lo largo del recorrido.
Las actividades que se pueden realizar en la Ruta del Desierto son variadas y emocionantes. Desde caminatas y paseos a caballo, hasta la escalada en roca, el rappel y el buceo en las cristalinas aguas de Cuatro Ciénegas. El ciclismo de montaña y el campismo son otras opciones populares entre los visitantes que buscan un contacto más cercano con la naturaleza. Además, la ruta cuenta con excelentes opciones de alojamiento y restaurantes que permiten a los viajeros descansar y recargar energías antes de continuar con su aventura.
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