Vamos a recomendarles un sitio arqueológico localizado en el hermoso estado de Chihuahua, en el norte de la República Mexicana.
Uno de los atractivos principales de nuestro país, especialmente desde la perspectiva de quienes habitan en el extranjero, es el conjunto de tesoros arqueológicos que posee México. Culturas indígenas milenarias como los olmecas, mayas, toltecas y teotihuacanos y por supuesto, el empuje colosal que tuvieron los aztecas, constructores de pirámides, se presentan como algo exótico y único en el panorama cultural a nivel planetario. Por ello, no es de extrañar que en nuestro país existan colecciones arqueológicas de primer nivel esparcidas en las diferentes entidades de la república.
Si hay algo que distingue a México a nivel mundial es la riqueza arqueológica con la que cuenta. Admirables civilizaciones construyeron grandes ciudades colmadas de templos, plazas y pirámides en la antigua Mesoamérica. Actualmente esas urbes asombrosas, construidas por las culturas precolombinas mexicanas, se han convertido en lugares arqueológicos de gran proyección turística. En el norte del país hay zonas prehispánicas que vale la pena conocer por su importancia histórica y antropológica. Justo acerca de ello comentaremos más a fondo en el resto de esta nota.
La ocupación más tardía de la zona conocida como Las Cuarenta Casas, se dio a lo largo del apogeo de Paquimé, esto es, durante el periodo del 1205 al 1260, d.C. Precisamente esta fase se denomina como de Paquimé. De este tiempo, precisamente son las construcciones que hoy pueden visitar los turistas en el sitio arqueológico que les recomendamos.
La zona de Las Cuarenta Casas, fue utilizada como un escala intermedia para las rutas que los indígenas Paquimé, establecieran para estar en contacto con las culturas localizadas en las costas del Golfo de México, o bien, del Océano Pacífico.
Cuarenta Casas se perfila de esta manera como una suerte de guarnición que ofrecía protección a los grupos afines que se habían establecido en esta región del México Antiguo. Era un recurso para la salvaguarda de sus rutas comerciales.
Los pobladores de Paquimé y Las Cuarenta Casas, se dedicaban al cultivo de calabaza y de maíz, y sus hábitos alimenticios se complementaban con la caza de animales de pequeño tamaño, como conejos, o bien, con lo obtenido gracias a la recolección de plantas comestibles, como es el caso de las hojas de maguey, las bellotas y las semillas de yuca.
Qué visitar en el sitio arqueológico de Las Cuarenta Casas
Los hábitos de vida anteriormente descritos, con relación a los moradores de Las Cuarenta Casas, han sido comprobados en importantes estudios arqueológicos. Por otra parte, Paquimé, verdadero corazón de la región, muy probablemente tuvo frecuentes problemas y conflictos con comunidades vecinas, lo cual explica la construcción de muchos espacios de vigilancia en áreas vastas.
Acaso por la presión de estos grupos indígenas hostiles o por conflictos internos, con el tiempo, este asentamiento decayó hasta ser abandonado por completo. Aproximadamente en el año 1340 d.C., Paquimé fue atacado ferozmente y sus adversarios tomaron la ciudad, destruyendo todo a su paso, como una muestra de superioridad.
Con la derrota de Paquimé, las rutas comerciales quedaron inactivas y los grupos dedicados a vigilarlas ya no lo hicieron. Por esta razón, muchos de los sitios de esta parte de la sierra, fueron dejados a su suerte. Quienes habitaban en el área de las cuevas, cerca de Las Cuarenta Casas, se alejaron de allí, en busca de zonas de acceso menos problemáticas. La Cueva de las Ventanas fue vuelta a ocupar, eventualmente, para la celebración de ritos.
Cuando llegaron los primeros europeos a esta parte del México Antiguo, una parte de los moradores de Paquimé y Las Cuarenta Casas, todavía habitaba esta zona, de tal manera que han quedado algunos registros de sus creencias y costumbres. Por ejemplo, es interesante saber que entre ellos se denominaban como “jovas”, de la misma manera en la que se referían a una gran familia étnica, actualmente extinta.
El nombre de Las Cuarenta Casas se deriva de una referencia toponímica de la autoría de Alvar Núñez Cabeza de Vaca en el siglo XVI y desde aquellos tiempos, fue utilizado por los habitantes de la región para referirse a cierto grupo de viviendas edificadas con viguería y tierra.
Cómo llegar al sitio arqueológico de Las Cuarenta Casas
El sitio arqueológico de Las Cuarenta Casas se ubica en la Sierra Madre Occidental, justo en el municipio de Madera, a unos 280 kilómetros de la ciudad de Chihuahua. Para llegar a Madera desde la capital del estado se debe utilizar la carretera federal número 16.
Información relevante del sitio arqueológico de Las Cuarenta Casas
El asentamiento de Las Cuarenta Casas se define por la presencia de pequeños recintos construidos con muros vaciados de tierra batida, techumbre de viguería y terrado. Tales asentamientos, a veces, pueden incluir más de 40 recintos habitacionales, graneros y una plaza central. Incluso los frailes del siglo XVII al observarlas las llamaron “rancherías”.
Actividades a realizar en el sitio arqueológico de Las Cuarenta Casas
Recomendamos visitar a profundidad este notable yacimiento prehispánico del estado de Chihuahua. Este último se encuentra integrado por distintos conjuntos: la Cueva de las Ventanas, la Cueva del Gato, la Cueva de las Ratas, la de las Terrazas y la del Puente. Algunas de ellas se levantan al margen del arroyo conocido como “El Garabato”.
La exploración turística de este sitio arqueológico es un pretexto perfecto para acercarse a las muchas delicias de la gastronomía de Chihuahua. El estado cuenta con una gran diversidad de platillos y antojitos regionales, muchos de ellos preparados con carne de res tomando en cuenta que en esta región del país se cría ganado bovino de la mejor calidad. Por otra parte, los mejores cortes de la cocina chihuahuense se sirven con acompañamiento de cebolla asada y papas al horno.
De entre los platillos más representativos de la gastronomía chihuahuense debemos mencionar los siguientes: machaca con huevo y a la mexicana, chile colorado acompañado de carne seca, carne asada al carbón y orejones de calabacita con queso, además de distintos platillos preparados con pescado fresco, este último obtenido de las presas de la entidad.