Al recortar gastos, lo último en eliminarse de los presupuestos son los bienes y servicios de primera necesidad. Por eso en cada crisis, uno de los primeros sectores en sentir el golpe es el turismo y esta no es la excepción.
Desde hace casi ya tres años el turismo ha buscado sobrevivir a los diversos obstáculos que, en un primer momento, le pusieron un freno cuasi absoluto, para luego permitir retomadas llenas de trabas y restricciones.
No se trata tan sólo de las medidas preventivas para evitar la expansión del Covid-19. Hoy en día se suma al panorama un factor tal vez más complejo y tan multicausal que es más difícil de encarar: el aumento generalizado de precios. La inflación actual de México ya lleva acumulada una tasa anual de 7.9% de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Se trata de uno de los porcentajes más elevados de los últimos años y los bolsillos de los mexicanos lo vienen percibiendo hace tiempo. En ese sentido, el turismo es uno de los grandes perdedores por una simple razón: más allá del placer y la calidad de vida que un viaje supone, la realidad es que, ante la necesidad, se puede continuar viviendo, comiendo y trabajando sin salir de vacaciones, por lo que es uno de los sectores que más se postergan por parte de los ciudadanos.
Es importante saber, aún así, que la inflación no repercutió de igual manera en la industria turística que en general. Según el INEGI, el segmento “Otros Servicios” en el que se incluyen tarifas de restaurantes y ofertas de paquetes turísticos, percibió una inflación del 6.64%. Si bien es menor a la media general, no deja de ser un incremento preocupante en comparación con el 4.58% registrado en 2021 y el 2.61% relativo al mismo período de 2020.
Toda variación puede perjudicar al sector hotelero y de viajes teniendo en cuenta que las personas suelen destinar sus ahorros para ello; un incremento en los precios no solo restringe la capacidad de ahorrar sino también hace que el dinero guardado valga menos. Ahora bien, la alternativa de optar por un crédito para viajar también tiene sus grises. Si se observa en cualquier comparador de servicios financieros, es posible ver que muchos de los préstamos personales ya aplican tasas de interés superiores a las existentes en el mercado hace unos meses.
La cuestión económica parece haber generado más preocupaciones para los actores del rubro que incluso la quinta ola de Covid que golpea al país. De hecho, para Irene Muñoz, especialista en turismo internacional y ex colaboradora de Pro México, la temporada de verano podrá fácilmente superar esta nueva onda del virus. El hecho de que seamos un país abierto, el calor de la temporada y las posibilidades de obtener cancelaciones en los servicios contratados por enfermedad son una ventaja. La recesión económica, por otro lado, aún no se sabe cuánto golpeará.